martes, 10 de marzo de 2015

Tumba de Talpiot, Jerusalén








¿Descubrieron de verdad la tumba, en Talpiot (Jerusalén) en el año l980, que dicen tantos investigadores que podría ser la tumba de Jesús de Nazareth y que es el inicio del thriller de aventura y misterio "El Santo Osario"?





Os invito a que miréis el documental de James Cameron colgado en youtube.












LOS DATOS:






La tumba de los diez osarios es la tumba donde, según el análisis científico de sus descubridores (Amos Kloner, Charles Pellegrino y Simcha Jacobovici) y la IAA (Autoridad de Antigüedades de Israel), se encuentran los restos de un Jesús hijo de José, que teóricamente sería Jesús de Nazareth. Fue descubierta el 28 de marzo de 1980 en Talpiot, Jerusalén. Desde entonces se ha investigado rigurosamente cada uno de estos Osarios, la tumba y el terreno donde está ubicada. Se obtuvieron no hace mucho análisis de ADN de los osarios, descubriendo así parentescos familiares directos, por lo que se sabe científicamente que los restos humanos que estaban enterrados en estos osarios pertenecían a la misma familia.



Ritos funerarios del S. I DC


Los Evangelios cuentan que el cuerpo de Jesús, después de haber sido crucificado, fue bajado de la cruz envuelto en lienzos perfumados y llevado a una tumba familiar perteneciente a uno de sus discípulos, José de Arimatea. Según las antiguas leyes judías, que siguen vigentes en la actualidad, los cadáveres tenían que ser inhumados en el suelo, antes del atardecer del día del óbito. Las tumbas cavadas en roca eran y son consideradas sepulturas "En el suelo". Los difuntos eran colocados en túneles preexistentes, cavados en las laderas. Durante la gran parte del siglo I DC. la mayoría de las tumbas de Jerusalén eran cuevas creadas por el hombre, talladas en roca sólida y situadas en el exterior de la muralla de la ciudad.
Normalmente las tumbas de la época constaban de dos cámaras donde en la primera cámara, la exterior, era depositado el cuerpo del difunto envuelto en un sudario blanco perfumado, y la segunda cámara era destinada para depositar, un año después de la muerte del difunto, sus huesos guardados en un osario

Nombres de los osarios:




Tumba de los Diez Osarios                                                     

  • Yehshúah Bar Yoshef (Jesús, h[ijo] de José)                                                            
  • Mariamne he Mara (Mariamne, la Señora)                                                                 
  • Yehudah Bar Yehshúah (Judas, hijo de Jesús)                                                        
  • Yosh(e) (José-Josá)                                                                                                       
  • Mar(í)ah (María-Marah)                                                                                                
  • Matithyahu (Mateo)                                                                                                     

  • Yehshúah Bar Yoshef (Jesús, H[hijo] de José).                                                          
  • Mariamne he Marah (Mariamne, la Señora).                                                               
Estos son los nombres que se encontraron gravados en seis de los osarios hallados. Otros sencillamente no llevaban ninguna inscripción y uno se da por robado con anterioridad a su descubrimiento oficial.
Cabe resaltar, la extrema coincidencia de la agrupación de los mismos en una misma tumba, en las afueras de Jerusalén, que estén datadas en el S. I DC por la prueba del Radioisótopo carbono 14 y que las pruebas de ADN confirmen que tienen todos relación por consanguinidad en primer grado (por tanto se trataban de padre, madre y los hijos de éstos).
Esta inscripción está escrita en arameo. En verdad en esta inscripción no hay una palabra clara para "hijo" pues la inscripción está gastada, pero la opinión general es que la letra "B" indica a la palabra aramea "Bar" que significa hijo, es decir; "Jesús, hijo de José". De todas las inscripciones catalogadas, se han hallado hasta ahora dos con la combinación "Jesús, hijo de José". Los descubridores de la tumba subrayan que el nombre “Jesús” es difícil de leer, y se inclinan por esta lectura debido al osario 80-501, que sí dice claramente “Judas hijo de Jesús”. Si se trata de una tumba familiar y hay un “hijo de Jesús” cabe esperar encontrar también al padre allí. Si la lectura es correcta, este sería el segundo osario con la inscripción “Jesús hijo de José” que se encuentra en el área; otro fue hallado por el profesor Sukenik en 1926, y en él se lee claramente “Jesús hijo de José”.
Esta inscripción es la única de la tumba que tiene un nombre griego griego, pero escrita en arameo. Es una forma del nombre "Mariamne", una versión griega de"María". De los "Hechos de Felipe", una obra apócrifa del siglo IV atribuida al apóstol Felipe (quien, según el texto, sería además el hermano de María Magdalena), que fue recientemente recuperado de un monasterio del monte Athos en Grecia, el profesor Fraçois Bovon (de la Universidad de  Harvard) ha determinado que el nombre real de María Magdalena era "Mariamne". Además, en los "Hechos de Felipe" y en el "Evangelio de María Magdalena", ésta es presentada como apóstol por derecho propio. La inscipción del osario llama a esta Mariamne, "he Mara" que significa "la amargura", pero también "la Señora", lo que le atribuiría una gran autoridad y estatus. Basándose en esto actualmente algunos revisionistas creen que realmente la auténtica promotora y fundadora del movimiento de Jesús de Nazareth fue María de Magdala (antigua ciudad Palestina) más conocida como María Magdalena.
Toda la cristiandad católica-ortodoxa, y aun la protestante, y la paraprotestante, que hay en la actualidad, niegan rotundamente tales conjeturas.
Esta inscripción está escrita en idioma arameo. La traducción literal al idioma español significa "Judas, hijo de Jesús". A pesar de las especulaciones no existe ningún escrito apócrifo o canónico, anterior a esta inscripción, que mencione o indique que Jesús de Nazaret tuviese un hijo.
Esta inscripción está escrita en hebreo. Este nombre un tanto extraño parece ser una contracción o diminutivo cariñoso del hebreo "Yoshef" (José). El nombre de José en la Judea del siglo I era muy popular. El evangelio de Mateo indica que Jesús tenía cuatro hermanos: Jacob (o Santiago), Judas, Simón y José. En el Evangelio de Marcos, que según la erudición moderna es el más antiguo de los evangelios del Canon, este último José es llamado en griego "ιωση" ("Iosē"). Curiosamente, al no escribirse las vocales en el arameo de esa época, bien la inscripción puede ser este nombre. Los religiosos discuten si eran auténticos hermanos, hermanastros, medio hermanos, o primos. Los estudiosos generalmente concuerdan en que todos ellos eran hermanos debido al uso de los términos griegos excluyente "adelfoi" y "adelfai", y no meros primos. Hasta la fecha, la inscripción de "Yosha-Yoshe" que aparece en la tumba de Talpiot es el único ejemplo de este nombre encontrado en un osario.
Esta inscripción está escrita en hebreo. Se cree que es una forma de "María", un nombre muy popular en ese tiempo, pero como en hebreo no se escribían las vocales, las letras aquí (MRH) pueden ser el nombre Marah (amargura). Además, de nombres como Mariam, al igual que sucedía con muchos otros, se adoptaron numerosas variantes. En fuentes literarias cristianas el nombre de la madre de Jesús siempre fue referido de una manera única: "María" (Versión latinizada del arameo "Mariam"). Encontrar una versión latina de un nombre hebreo y escrito con letras hebreas sería muy raro, de hecho, en varios miles de osarios descubiertos tan solo han sido encontradas ocho inscripciones de características similares.
Esta inscripción está escrita en hebreo. Es el nombre original en hebreo del nombre castellanizado "Mateo". Ningún escrito apócrifo o canónico, ni el propio evangelio atribuido a Mateo, dicen o indican de modo alguno, que el apóstol del mismo nombre fuera un pariente de Jesús. Sin embargo, la genealogía del Evangelio de Lucas 3:23-38 sí señala a varios "Matatías" (variante de Matithyahu) en su familia.

Investigación arqueológica:


El 28 de marzo de 1980 unos trabajadores de la construcción descubrieron este hallazgo al excavar los cimientos de un bloque de edificios en el Este de Talpiot. Lo que se encontró fue la cueva (Tumba) excavada en roca de unos dos mil años de antigüedad que contenía 9 osarios (Originalmente había 10, uno desapareció). Estos fueron supervisados por el arqueólogo israelita Amos Kloner. El sepulcro fue explorado por el inspector de antigüedades Yosef Gat, los arqueólogos Eliot Braun y Amos Kloner. Shimon Gibson realizó un croquis de la tumba.
Según el informe publicado por Kloner, la tumba tiene un patio de 4,2m de ancho y una antecámara de 2m x 2,4m, cuyo techo fue casi en su totalidad destruido por las topadoras. La fachada de la cámara mortuoria se hallaba en la pared norte de la antecámara y estaba decorada con una cornisa en forma de V invertida por encima de un círculo y una roseta incompleta. La entrada mide 43cm x 47cm y tiene una pestaña donde encajaría una piedra cuadrada a modo de cierre (Golal), que no pudo hallarse. La cámara medía 2,3m x 2,3m y tiene una altura apenas mayor de 1,5m. Había dos nichos (Arosolia), uno en la pared occidental y otro en la pared opuesta a la entrada. Estaban vacíos excepto por fragmentos de huesos. En la cámara principal se hallaron tres calaveras, vértebras y fragmentos óseos. Había seis osarios sin sus tapas, dos en cada una de las paredes excepto la de la entrada. En total se encontraron diez osarios. La mitad de ellos estaban decorados y la otra mitad lisos, sin decoración alguna. 
El grupo de Osarios estaba por encima del promedio en la proporción de los que tenían inscripciones (seis de los diez = 60%) y en que cinco de las seis inscripciones estaban en hebreo y una en griego, cuando la proporción general es cuatro en hebreo cada tres en griego. De acuerdo con la IAA (Autoridad de Antigüedades de Israel) seis de estos diez Osarios contienen los nombres: Jesús, Hijo de José, María, Madre de Jesús, José, Hermano de Jesús, Mateo, Mariamne, y Judas, Hijo de Jesús. El Arqueólogo Judeo-Británico Shimon Gibson elaboró los planos de la tumba y el académico israelí L.Y. Rahmani publicó en el año 1994 el "Catálogo de Osarios judíos" conteniendo los datos esenciales relacionados con los diez Osarios que fueron encontrados en la tumba de Talpiot. En lo que sigue se empleará la numeración según el sitio del hallazgo de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA), según la cual los Osarios llevan los códigos IAA 80-500 a IAA 80-509.
Respecto a la "exploración" de Jacobovici, Kloner, el investigador original del sitio, la calificó de "descuidada, explotadora e irresponsable".
Respecto a las marcas cruciformes la opinión más actual de los arqueólogos es que este tipo de marca, que en verdad aparece en el 40% de los osarios encontrados en Israel, se usaba simplemente para alinear la tapa a manera de marcas de albañil. Esta interpretación está confirmada por la presencia, en otros osarios, de un asterisco en vez de una x en el mismo lado de la tapa de los osarios. Esta es la opinión de arqueólogos como L. Y. Rahmani, y Amos kloner. Rahmani las llama "Marca de dirección". Esta conclusión es compartida por la investigación sobre supuestas marcas de cruces cristianas sobre una serie de osarios judíos del profesor R. H. Smith.
Sin desmedro de lo anterior, otros académicos creen que los judíos no cristianos del tiempo de Jesús si usaban una “x” o un signo “+” como símbolo de protección. En todo caso, sólo sería una marca simbólica de protección, no una cruz basada en el martirio de Cristo. Por ejemplo, una inscripción hebrea, datada del 136 d. C., encontrada en Palmira, una antigua ciudad de Siria, contiene una inscripción hebrea encerrada entre dos “x”:
"X Una persona cuyo nombre es bendito por siempre. Engendrado por Shlomo, hijo de Nesa, hijo de Tsaïda, hijo de Baraq, por su salud y la de sus hijos. En el mes de Nisán del año 447 X"





El informe publicado por los arqueólogos, señala que la tumba tiene un patio de 4,2 m de ancho y una antecámara de 2 m x 2,4 m, cuyo techo fue casi en su totalidad destruido. La fachada de la cámara mortuoria se hallaba en la pared norte de la antecámara y estaba decorada con una cornisa en forma de V invertida por encima de un círculo y una roseta incompleta. Había dos nichos, uno en la pared occidental y otro en la pared opuesta a la entrada. Estaban vacíos excepto por fragmentos de huesos. 



Resultados de ADN                                                                






Los resultados son concluyentes y arrojan el parentesco directo de ellos en primer grado, a excepción de uno de ellos:


Por tanto, es lógico pensar que si no tienen relación de consanguinidad entre ellos, lo lógico es que fuesen esposos. Coincidiendo así, con la costumbre judía de aquella época de enterrar en la tumba familiar a los padres, hijos de estos y sus esposos o esposas.




















A parte de las referencias arriba indicadas, quiero añadir el artículo "Tumba de los Diez Osarios" publicado en la wikipedia, del cual he cogido una serie de datos e informaciones (algunas copiadas directamente) que he plasmado en este artículo. El enlace a dicha página es el siguiente: http://es.wikipedia.org/wiki/Tumba_de_los_Diez_Osarios firmado por varios autores y bajo la licencia libre:  http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html













MI OPINIÓN:







El descubrimiento de la tumba es real, no cabe la menor duda. Ahora, ¿es o no es la tumba de Jesús de Nazareth? Realmente, no podemos probar a ciencia cierta si lo es. Tan solo, podemos especular con los indicios razonables de que disponemos.




Los indicios razonables de los que os hablo no son otros que los nombres de los osarios que allí se encuentra. Tened en cuenta que el la sociedad judía del S. I, las familias eran enterradas en sepulcros familiares. Cada vez que se moría un miembro, se colocaba su cuerpo sobre una especie de mesa de piedra y cubierto con una sábana blanca. Se dejaba reposar allí durante un año y después se recogían sus restos y se colocaban dentro de un osario de piedra, gravando en él su nombre.



Se encontraron nueve osarios en la tumba de Talpiot (uno fue robado con anterioridad). Seis de ellos con inscripciones gravadas en ellos, cuyos nombres eran de lo más común en aquella tierra y época: María, José, Santiago, Miriam, Tomás, Jesús (Yeosua) etc... Es decir, que teniendo en cuenta tan solo los nombres, no nos puede revelar ninguna pista importante. Llegados a este punto, parémonos a pensar. ¿Cuántas posibilidades hay que todos esos nombres tan comunes coincidan en un cien por cien en los nombres que formaban la familia de Jesús de Nazaret según los evangelios gnósticos? Las posibilidades, ahora sí, son muy escasas, casi inexistentes, por reducidas que son. ¿Cuántas familias existieron en Jerusalén en el S. I DC cuyos seis miembros se llamaran exactamente como la familia de Jesús de Nazaret descrita en los citados evangelios y que además fuera gravada uno de ellos, el que está referenciado como Jesús, con la marca santa de los primeros judeocristianos?



Se han hecho estudios matemáticos sobre la concreción de esas posibilidades expresadas en números absolutos. No las he mencionado aquí, por creer que son del todo inexactas, ya que no se pueden conocer el número total de personas que ostentaban los nombres aquí tratados en el años 33 DC ni de la población absoluta de la comunidad judía (tenemos una estimación muy fiable, pero no su número concreto)



Los análisis, posteriores a su descubrimiento, que se hicieron, en los EEUU, sobre el radioisótopo carbono 14 y los de ADN, confirmar que todos son pertenecientes a una misma familia y que vivió en el S. I DC a excepción de Mariamne he Marah (Mariamne, la Señora). No cabe duda de que ésta era la mujer de unos de ellos. De lo contrario, carecería de toda lógica su entierro en una tumba familiar.



La mayoría de la gente se posiciona en dos bandos (muy pocos son los neutrales en este tema).

Los primeros, son los sensacionalistas. Los que quieren que la tumba sea el Santo Sepulcro a toda costa, sin importarles las contradicciones o las puras coincidencias y sencillamente especular con teorías sin fundamento empírico. Después, encontramos el segundo grupo, los cuales se aferran a la negativa obtusa y ciega a reconocer cualquier evidencia que pudiera llevarnos a relacionar la tumba con Jesús de Nazareth.
A los primeros, decirles que no se puede teorizar tan a la ligera y sin fundamentos sólidos. ¿Hay posibilidades de que sí lo fuese? Según un estudio matemático realizado por Andrey Feuerverger, profesor de estadística y matemáticas de la Universidad de Toronto, basado en las probabilidades, se databan estas en 1/300.000, es decir una posibilidad entre trescientas mil de que existiera una familia con toda esa combinación de nombres en Jerusalén en el año 33 DC (tengamos en cuenta que trescientos mil habitantes era  la población estimada del lugar y año) Dichos análisis están hechos sobre una estimación de número de total de nombres por habitante realizada un poco a ojo de buen cubero (ya que no tenemos un censo real de la época por nombres). Otra cosa muy diferente, son las sensaciones o "feelings" que uno sienta y crea porque una dato es cierto, si se ha podido descubrir las tumbas de Tutankamón, de Alejandro magno y de Saladino, ¿por qué no se podría encontrar la de Jesús de Nazareth.
A los segundos, decirles que no se puede cerrar los ojos a las investigaciones, en general, realizadas sobre documentos históricos o descubrimientos arqueológicos y que la versión de la historia de Jesús no está monopolizada por los representantes de la Iglesia Católica (incluso ésta está plagada de falacias e interpretaciones, a todas luces, incoherentes de los textos) Si algún día se confirmase el hallazgo de la tumba de Jesús o su cuerpo eso no significaría que sus valores y creencias se vieran amenazados. Podrían seguir creyendo el el Cristo Celestial igualmente. No invalidaría la resurrección tan ensalzada por los cristianos. El descubrimiento del cuerpo no significaría que el alma hubiere resucitado y se encontrase en otro lugar distinto a este mundo. Se debe pensar que en los evangelios canónicos se recoge la resurrección del cuerpo y alma de Jesús, ya que esa era la forma que tenían los judíos de aquel tiempo de ver la vida después de la muerte. El cuerpo debía revivir junto con el alma para resucitar entre los muertos, es por ello que en los evangelios se relata de esa forma. Cuestión ésta,  totalmente desfasada en el pensamiento actual, incluso por los más radicales pensadores y filósofos cristianos, los cuales piensan que el alma puede pervivir anteponiéndose a la descomposición física del cuerpo.
Ante la tesis, la cual defiende, que la especial cualidad de Jesús, por ser éste el Hijo de Dios, es la clara excepción a esta regla y que él si pudo y debió resucitar en cuerpo y alma; tan solo les remito al pensamiento de esos mismos filósofos precristianos, los que impulsaron sus pensamientos desde las filas de los filósofos que impulsaron el pensamiento  y controversia arriana plasmada el el I Concilio de Nicea. En resumidas cuentas y con una gran síntesis, su conclusión se basa en que Jesús de Nazareth era medio hombre medio Dios. Su alma era la parte de Dios que había descendido a la tierra y se había encarnado en un cuerpo mortal (de ahí su medio hombre) Conclusión que llegaron al intentar resolver la cuestión de que si Jesús era Dios, como los hombres habían podido matar a un Dios y de aquella forma tan horripilante. Para salvar ésta y otras cuestiones, idearon esta teoría: los hombres (soldados romanos) solo habían podido matar la parte humana de Jesús (su cuerpo) y no su alma (Dios). Luego si en base a los filósofos más radicales en el pensamiento cristiano, entendemos que el cuerpo de Jesús era totalmente humano y que su única divinidad provenía de su alma. ¿Por qué no puedo quedarse su cuerpo entre nosotros? ¿por qué no ha podido ser hallado en la Tumba de Talpiot?
Tengamos en cuenta que, a día de hoy, 17 de marzo de 2015, una sola inscripción de dos letras "MC" sobre los restos carcomidos de madera de un ataúd y la coincidencia en la época de la muerte del difunto con la década que se cree que murió Miguel de Cervantes han bastado para afirmar científicamente que han hallado su tumba. La afirmación de los científicos fue que no había ninguna prueba sólida, pero que las coincidencias eran muchas y las discrepancias ninguna. Y me pregunto yo ¿No buscaban a un hombre manco y con seis dientes? Que parece ser que era el indicio más sólido que buscaban, ya que no se esperaba encontrarle con el DNI. Pues bien, ni lo uno ni lo otro. han encontrado restos muy pequeños de fragmentos de huesos junto con algunas esquirlas de los mismos, mezclados con restos de otras personas. Todo dentro el mismo nicho. Pues fíjense bien, con las iniciales y la década de la muerte, tenemos unos científicos que afirman que ya tienen el cadáver y el lugar de enterramiento de Miguel de Cervantes. Menos mal que no fueron, estos mismos científicos, los que analizaron la tumba de Talpiot, porque sino vaya usted a saber con que nos salen...Igual hubiesen encontrado el cuerpo de Moisés  junto a la Sagrada Familia. 






Me remito al comentario que os he hecho justo empezar esta opinión, la certeza, la prueba absoluta no la tenemos. Tan solo, nos queda poder leer entre líneas y sacar, cada uno, la conclusión más plausible que encuentre y que esperemos que los descubrimientos arqueológicos y la ciencia arrojen más luz sobre este y otros temas.

Si quieres saber más sobre el tema, te recomiendo que leas mi obra "El Santo Osario" donde detallo mucho más todo lo que creo que pudo acontecer sobre el tema.

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