Judeocristianos:
Judeocristianos es el nombre que ha dado la historiografía moderna a
aquellos cristianos de los primeros siglos después de la muerte de Jesús que optaban por una visión no rupturista del
cristianismo en relación al judaísmo,
al contrario de las tesis de Pablo
de Tarso que apostaban por romper con el judaísmo y que el cristianismo
conformase una nueva religión. La visión de Pablo de Tarso es la que finalmente
triunfó y la que queda reflejada en el Nuevo
Testamento, que se escribe cuando las tesis de Pablo de Tarso ya han
triunfado sobre las demás (a partir del año 70 d. C.).
Estos judeocristianos, liderados por algunas figuras tan importantes como Santiago
el Menor (considerado a menudo como hermano de Jesús) fueron muy
importantes especialmente en el siglo I d.C. en Judea y sobre todo en Jerusalén,
donde residía una gran comunidad.
Al ser partidarios de no romper con las tradiciones judías, apoyaban el uso
de la circuncisión, eran partidarios de respetar el Sabat y seguían en
general los preceptos de la Ley de Moisés.
Los judeocristianos tuvieron duros enfrentamientos con los cristianos
seguidores de Pablo de Tarso (llamados paulinos), que eran partidarios de
romper totalmente con el judaísmo, para, entre otras cosas, poder difundir
mejor el mensaje de Jesús, pues el rechazo que causaba todo lo relacionado con
el judaísmo en el mundo de la Antigua
Roma, hacía muy difícil difundir el mensaje de Jesús si éste tenía alguna
relación con los judíos.
La Gran Revuelta Judía contra los romanos
que se sucedió entre los años 66 y 73 d. C. en Judea, provocó que gran parte de
la comunidad judeocristiana se viera obligada a dispersarse y a esconderse en
zonas periféricas del Imperio Romano. Esto provocó que quedaran aislados
de los centros de poder del mundo cristiano y que sus ideas fuesen superadas
por las de Pablo de Tarso. A pesar de que hay indicios de que los
judeocristianos pervivieron durante los siguientes siglos, su posición fue muy
minoritaria y se fueron diluyendo ante el poder de una Iglesia católica que había aceptado los principios
paulinos de ruptura con el judaísmo. El cristianismo se convirtió así en una
religión totalmente diferenciada de la judía a pesar de que Jesús nunca trató
de romper con el judaísmo, sino que predicó por la vuelta a los orígenes del mismo
ante la corrupción de sus dirigentes.
Cristianismo primitivo
Cristianismo primitivo o paleocristianismo es periodo de la historia del cristianismo anterior al Primer Concilio de Nicea (año 325). Se divide
habitualmente en dos fases: el período apostólico (siglo I) y el período preniceno (siglos II, III y comienzos del
IV). Para el periodo posterior, en que el cristianismo
pasa a ser la religión oficial del Imperio
romano, se utilizan denominaciones como cristianismo bajoimperial;
y, más adelante, cristianismo medieval.
Los primeros cristianos, tal como son descritos en el Nuevo
Testamento (especialmente en Hechos de los Apóstoles), eran judíos, ya
fuera de nacimiento o por conversión, para los
cuales se utilizaba el término bíblico "prosélito",
y denominados por los historiadores como judeocristianos.
Hechos de los Apóstoles y la Epístola a los Gálatas recogen que la
primera comunidad cristiana estaba centrada en Jerusalén
y entre sus líderes estaban Pedro,
Santiago y Juan.
Pablo
de Tarso, tras su conversión al cristianismo, reivindicó
para sí el título de "Apóstol de los gentiles". La influencia de
Pablo en el pensamiento cristiano es reconocida como más significativa que la
de cualquier otro escritor del Nuevo
Testamento.[
Hacia el final del siglo I, el cristianismo comenzó a ser reconocido interna y
externamente como una religión
diferente del judaísmo rabínico, el cual se refinó y desarrolló con
posterioridad a la destrucción del segundo templo de Jerusalén.
Tal y como aparece recogido en numerosas citas del Nuevo Testamento, así
como en otros textos cristianos del primer siglo de nuestra era, los primeros
cristianos generalmente utilizaban y reverenciaban la Biblia
Judía como su libro sagrado, fundamentalmente a través de las
traducciones griegas (Septuaginta) o arameas (Targum), buena
parte de las cuales están escritas en forma narrativa donde "en la
historia bíblica Dios es el protagonista, Satán (o las personas o poderes malignos)
son el antagonista, y el pueblo de Dios es el agonista".
A medida que el canon del Nuevo Testamento se desarrolló, las Cartas de San Pablo, los Evangelios canónicos y varios otros textos
fueron también reconocidos como escrituras y textos sagrados para ser leídos en
la iglesia. Las cartas de Pablo, especialmente la Epístola a los Romanos, establecieron una
teología basada en Cristo antes que en la Ley Mosaica,
pero la mayor parte de las denominaciones cristianas todavía
consideran las "prescripciones morales" de la Ley Mosaica, como los Diez
Mandamientos, el Gran Mandamiento y la Regla de Oro como relevantes. Los cristianos
primitivos demostraron un amplio catálogo de creencias y prácticas, buena parte
de las cuales fueron posteriormente rechazadas como heréticas.
Historia
Las comunidades primitivas del cristianismo surgen como una secta apocalíptica del judaísmo (Hechos 24:5) a
la que los historiadores denominan judeocristianismo.
Estos primeros cristianos se llaman a sí mismos "Nazarenos" o
"los del Camino". Los primeros cristianos acuden a las sinagogas,
como todos los otros grupos dentro del judaísmo tradicional (época del segundo
templo). Su proclama es de tipo profético y enseñan que Yeshua el Nazareno, Jesús de Nazaret,
es el Mesías anunciado por los profetas. A Jesús, a quien las autoridades
romanas y judías habían crucificado, Yahve lo ha resucitado.
Como regla de vida enseñan la Torá y las obras del Espíritu
Santo, según las enseñanzas de Jesús.
La primera parte de este período, durante la vida de los Doce Apóstoles,
se denomina Período Apostólico. Luego de la resurrección
de Jesús, los Apóstoles se dispersaron fuera de Jerusalén y la labor misionera del primer cristianismo lo expandió a
diferentes ciudades del mundo helénico e incluso más allá del Imperio
Romano. Los primeros cristianos sufrieron persecuciones
esporádicas como consecuencia de su rechazo al culto imperial del emperador como
divinidad. La persecución aumentó en Asia Menor
hacia el final del siglo I,[7]
así como en Roma en las postrimerías del Gran incendio de Roma en el 64 d. C.
Durante el Período Preniceno que siguió al Período
Apostólico, surgió simultáneamente una gran diversidad de visiones, siendo
significativa la presencia de características unificadoras entre ellas que no
habían existido en el anterior Período Apostólico. Entre estas tendencias
unificadoras se encuentran el rechazo del
judaismo y de las prácticas judaicas. El cristianismo primitivo se fue
separando gradualmente del judaismo durante los dos primeros siglos de nuestra
era hasta establecerse como una religión predominantemente de gentiles en el
ámbito del Imperio Romano.
De acuerdo con Will Durant, la Iglesia
cristiana prevaleció sobre el paganismo
porque ofrecía una doctrina mucho más atractiva y porque los líderes de la
iglesia se dirigieron a las necesidades humanas mejor que sus rivales.
Sin embargo, esta explicación no es suficiente para los cristianos, quienes ven
allí más bien el cumplimiento del mandato y la promesa de Jesús a sus
apóstoles, al finalizar el evangelio de Mateo (28: 18-20): "Y Jesús se
acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la
tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos
en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que
guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros
todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.".
Comunidades paulinas
Aunque la evangelización de paganos
ya se había iniciado antes de la conversión de Pablo
de Tarso en el año 36,
es éste quien impulsa la propagación del cristianismo, comenzando por Arabia y Damasco, pero
será en el año 45, con
el inicio de su primer viaje misionero, cuando se empezará a propagar
ampliamente el cristianismo.
Año 50
En el año 50, surge la tensión entre
las tendencias judías tradicionales y los creyentes gentiles (no judíos)
convertidos al cristianismo primitivo provenientes de las comunidades
palestinas. Llega a un momento de crisis y confusión, lo cual ocurre al no
saber si a los nuevos creyentes de origen gentil (no judío) les corresponde el
observar la Ley al igual que al pueblo hebreo. Esta disputa (Hechos 15) es
resuelta en el Concilio de Jerusalén.
Década del año 50
Hacia el año 51, Pablo de Tarso
escribe la Primera Carta a los Tesalonicenses
dirigida a la comunidad de Tesalónica,
fundada en el año 50.
Este es el texto más antiguo del Nuevo
Testamento. Ya se definen por escrito algunos de los dogmas más importantes
del cristianismo.
Pablo, Silvano y Timoteo, a la
iglesia de los Tesalonicenses, en Dios Padre
y en el Señor
Jesucristo.
A vosotros gracia y paz. (1 Tes 1, 1)
Y vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la Palabra entre tanta lucha con la alegría del Espíritu Santo. (1 Tes 1, 6)
... cómo abandonando los ídolos, os volvisteis al Dios vivo y verdadero, y vivir guardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que nos libra del castigo futuro. (1 Tes 1, 9b-10)
Y vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la Palabra entre tanta lucha con la alegría del Espíritu Santo. (1 Tes 1, 6)
... cómo abandonando los ídolos, os volvisteis al Dios vivo y verdadero, y vivir guardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que nos libra del castigo futuro. (1 Tes 1, 9b-10)
No se nombra en todo el Nuevo
Testamento a la Santísima Trinidad. Sin embargo, en esta carta
se habla del Espíritu Santo, de Dios Padre y de su Hijo. De la afirmación
monoteísta de un solo Dios vivo y verdadero. De la esperanza en la segunda
venida de Jesucristo y de su papel redentor. Se da
a Jesús el título de Señor, que era habitualmente utilizado para dirigirse al
dios nacional en los países del entorno de Judea (Egipto, Mesopotamia,
etc.).
Hermanos, no queremos que
ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los hombres sin
esperanza. Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo a
los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con Él. (1 Tes 4,
13-14)
Se afirma la creencia en la
resurrección de los muertos. Creían en esos momentos que la segunda venida de
Cristo era inminente. Se preocupaban y entristecían porque algunos seres
queridos morían sin haber visto llegar a Jesucristo en la gloria del final de
los tiempos. Por esta razón, Pablo continuó:
Esto es lo que os decimos como
Palabra del Señor: Nosotros, los que vivimos y quedamos para cuando venga el Señor, no
aventajaremos a los difuntos. Pues Él mismo, el Señor, cuando se dé la orden, a
la voz del arcángel
y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo
resucitarán en primer lugar. Después nosotros, los que aún vivimos, seremos
arrebatados con ellos en la nube, al encuentro del Señor, en el aire. Y así
estaremos siempre con el Señor. (1 Tes 4, 15-17)
Durante el tercer viaje de Pablo de
Tarso, el Apóstol escribe la mayoría de su obra epistolar. Tradicionalmente
esta etapa se data de los años 54 a 57, en tanto que las posturas revisionistas
tienden a ubicarla entre los años 51 y 54. En esa etapa de su vida, Pablo
escribió buena parte de su obra epistolar: la Carta a los gálatas, la Carta a los filipenses, dirigida a la
comunidad de Filipo,
fundada hacia el año 49,
la Carta a Filemón y la Carta a los romanos. Esta última está datada
de los años 55 a 58.
Años 70-100. Redacción de los evangelios
Diversos relatos originados entre
los años 28-30 y los años 70, se transmiten de forma
oral o escrita. Son recopilados y reelaborados por los evangelistas, que los
insertan en un marco geográfico con bases históricas, dando lugar a los Evangelios.
Años 70: Evangelio de Marcos
El estudio crítico del Evangelio según Marcos ha aportado en los
últimos años datos acerca de las características de las primitivas comunidades
cristianas.
Años 80: Evangelios de Mateo y Lucas
En el Evangelio según Mateo se observa la relación
conflictiva de la primitiva comunidad cristiana con los fariseos que
habían escapado a la destrucción de Jerusalén. El Evangelio según Lucas muestra ciertas
características de las comunidades cristianas procedentes del paganismo.
Final del siglo I
El Evangelio según Juan, las cartas y el libro
del Apocalipsis
aportan algunos datos del final del siglo I y
principios del siglo
II, que estuvo marcado por las persecuciones romanas
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- El contenido de este artículo incorpora material de una entrada de la Enciclopedia Libre Universal, publicada en español bajo la licencia Creative Commons Compartir-Igual 3.0.
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